Eisriesenwelt, la cueva de hielo (Australia)

Eisriesenwelt, es un sistema de cuevas situado en los macizos de Tennen, cerca de Werfen (Salzburgo, Austria). Fue descubierta en 1879 por el naturista salzburgués Anton von Posselt-Czorich. Eisriesenwelt, cuenta con una longitud total de 42 km, lo que la convierte en la mayor cueva de hielo del mundo, motivo por el cual hoy en día es un destino muy popular para los excursionistas.
Situación y descripción
Eisriesenwelt está situada en los macizos de Tennen, cerca de Werfen (Austria), a unos 50 km al sur de Salzburgo. La entrada se encuentra a 1.640 sobre el nivel del mar y la cueva se extiende varios kilómetros por el interior de la montaña. Solo el primer kilómetro está cubierto de hielo y se puede visitar acompañado de un guía. Después de la sala Eispalast (‘Palacio de Hielo’) no hay placas de hielo continuas y en ese punto es donde termina la visita guiada. Desde aquí parte una galería empinada hacía el túnel subterráneo (U-Tunnel), a continuación del cual se encuentra el Midgards.
Este pasadizo es el más grande la cueva, con una anchura de entre 8 y 30 metros. Después la galería se ramifica. El final de la cueva es la sala Neue Welt (‘Nuevo Mundo’) situada a 1595 m. La urna de Alexander von Mörk, investigador decisivo que tomó parte en la exploración de la cueva y que murió en la Primera Guerra Mundial, está encima de una de las entradas en el interior de la cueva. El hielo de la cueva se renueva mediante el efecto chimenea. Durante el invierno masas de aire frío se internan aprox. 1 Km. en la cueva. La roca almacena el frío hasta la primavera y cuando ya hace más calor fuera y comienza el deshielo, el agua se filtra entre las grietas de las piedras de la cueva y se congela. En el verano el interior de la cueva también aumenta de temperatura. Entre 5 y 10 cm de la capa de hielo situada sobre el suelo se derriten. Durante la siguiente primavera el hielo vuelve a renovarse. En total, no habrá menos hielo sino más del que había antes.
Historia
La cueva fue descubierta por el naturalista Anton Posselt en 1879, quien ya entonces consiguió internarse aproximadamente 200 metros en la cueva. No puedo continuar ya que la capa de hielo era demasiado escarpada y su equipamiento era de mala calidad. El punto máximo que alcanzó lo marcó con una cruz negra sobre la piedra, conocida como Posselt-Kreuz (Cruz de Posselt). Después de esto la cueva quedó en el olvido.
En 1913 algunos científicos, entre ellos Alexander von Mörk, consiguieron superar la parte más empinada de la capa de hielo, conocida como Grossen Eiswall (La gran pared de hielo). Alexander von Mörk también fue el primer investigador que se aventuró a pasar por el pasaje Sturmsee, una pequeña galería cubierta de agua por aquel entonces. Una vez rebasada, descubrió una sala gigantesca que posteriormente recibiría su nombre. En 1914 Alexander fue llamado a filas y murió combatiendo en la Primera Guerra Mundial a la edad de 27 años. Su última voluntad fue que se le enterrara en Eisriesenwelt. Este deseo fue satisfecho y fue inhumado en el salón Alexander-von-Mörk-Dom que él mismo había descubierto. Desde 1919 el abogado salzburgués Friedrich Oedl (1894-1969) fomentó la exploración de la cueva y estableció el primer alojamiento, das Forscherhüttl[1]. La Agencia para la Conservación de los Bosques Austriacos, Österreichischen Bundesforste, es la propietaria legal de Eisriesenwelt, pero la Asociación para la Espeleología (Verein für Höhlenkunde) de Salzburgo es la arrendataria provisional. En 1928 tras la creación de una sociedad de responsabilidad limitada propia, cuyo presidente fue el Dr. Oedl, el acuerdo entre ambas entidades se convirtió en un contrato a largo plazo.
Los ingresos que renta Eisriesenwelt son empleados en la exploración e investigación de la cueva. La Agencia para la Conservación de los Bosques Austríacos, como propietaria, recibe un porcentaje anual de los ingresos que se recaudan con las entradas.
Apertura de las cuevas y turismo
Las primeras visitas guiadas en Eisriesenwelt se realizaron en 1920. En la actualidad, un funicular transporta hasta la entrada de las cuevas (Dr.-Friedrich-Oedl-Haus) a un máximo de 2500 visitantes al día, lo que supone unos 150.000 visitantes al año. A los visitantes se les provee de lámparas de carbono durante el recorrido y los guías iluminan con lámparas de magnesio las cerca de cinco figuras de hielo. Aquellos visitantes que no se encuentren en buena forma física, pueden tener problemas con la subida a la estación del funicular, con el trayecto de la estación de montaña a la entrada de la cueva y con el recorrido interior de 1400 escalones. Eisriesenwelt está abierta al público desde el 1 de mayo hasta el 26 de octubre. La entrada a la cueva se restringe durante el invierno por el peligro de aludes y situaciones peligrosas derivadas de la altitud a la que se encuentran las cuevas.
Este lugar permaneció desconocido para la humanidad hasta que el naturalista Anton Posselt se topó con ella inesperadamente en 1879. En su primer encuentro su curiosidad y habilidad lo internó 200 metros donde marcó una cruz negra sobre la piedra para registrar su logro. Es lo que hoy, al visitar Eisriesenwelt, conocerás como Posselt-Kreuz (Cruz de Posselt). Increíblemente, o no, el sitio volvió a cubrirse de olvido hasta 1913, cuando otro grupos de inquietos científicos con Alexander von Mörk en la troupe- volvieron a intentar desentrañar los misterios de la cueva. Lo lograron, superando la parte más empinada de la capa de hielo que antes había sido un obstáculo infranqueable para el solidtario Posselt. Este nuevo hito es lo que te mencionará el guía como Grossen Eiswall (La gran pared de hielo).